Según nuestros especialistas, las personas con VIH que reciben un tratamiento antirretrovírico pueden llevar la misma vida que las personas sanas. Sin embargo, ¿puede una mujer con VIH quedarse embarazada y tener un hijo sano? ¿Puede un hombre seropositivo engendrar un hijo sano sin contagiar a su pareja?
En la actualidad, de los 35 millones de adultos con esta enfermedad a nivel mundial, unos 15 millones son mujeres en edad fértil y que, por lo tanto, están en situación de poder quedarse embarazadas.
Los avances médicos y científicos han permitido que en la actualidad, las personas con VIH puedan tener hijos sanos, siempre y cuando sigan el tratamiento correctamente y tengan los niveles de virus indetectables y controlados. En estos casos, es conveniente la planificación del embarazo, para seguir al pie de la letra la estrategia acordada con el médico y adaptada a la situación de la pareja. Dependiendo de si la mujer es seropositiva, el hombre o bien ambos, se deberá tomar diferentes medidas y precauciones para no transmitir la enfermedad a la descendencia.
En Eugin nos preocupamos por nuestras pacientes, y queremos que consigan su sueño de ser madre, sea cual sea la situación. Por ello, a continuación explicamos cómo procedemos en casos de parejas con VIH para que éstas puedan tener hijos sin transmitirles la enfermedad.
Gracias a la evolución de los conocimientos y a los fármacos disponibles para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), las personas seropositivas tienen en la actualidad una mejor calidad de vida, por lo que muchas parejas en esta situación se plantean de una forma natural la posibilidad de tener descendencia y formar una familia.
Las parejas en las que el hombre presenta anticuerpos para el VIH tienen la posibilidad de recurrir a la inseminación artificial, si desean tener un hijo. Esto permite disminuir la posibilidad de infección para la mujer.
La técnica consiste en separar los espermatozoides móviles del resto de los componentes del semen, con el fin de evitar los posibles virus del VIH contenidos en el líquido seminal. En los últimos años se está aplicando con éxito esta técnica, empleando semen lavado para el VIH. A pesar de que existe un riesgo teórico de infección, en la experiencia acumulada hasta la fecha, no se ha producido ningún caso de seroconversión de la mujer tratada ni de infección del feto.
Con el fin de optimizar el rendimiento de este procedimiento y minimizar el número de inseminaciones necesarias, el ciclo de la mujer se controla farmacológicamente.
La probabilidad de embarazo después de dos o tres ensayos oscila entre el 50% y el 60%.
Es importante tener en cuenta que, cuando una embarazada portadora del VIH no recibe el tratamiento y control adecuados, el riesgo de transmisión de la infección a su hijo oscila entre el 15% y el 20%.
En los últimos años, la introducción de fármacos eficaces para el VIH y, posteriormente, el empleo de pautas combinadas de fármacos antiretrovirales y una protocolización estricta del embarazo y el parto han reducido este riesgo a menos del 1%. Estos medicamentos, no obstante, son potencialmente teratógenos (pueden producir malformaciones en el recién nacido) y su manejo durante el embarazo requiere un control especializado.
Para que el embarazo tenga menos riesgo en estas situaciones, la mujer debe presentar una estabilidad de la enfermedad. Esto permite evitar en lo posible cambios de medicación que no serían aconsejables, así como la aparición de infecciones.
Si no existe otra causa de esterilidad, el procedimiento aconsejable es la inseminación artificial, bien con semen fresco o con semen lavado si el varón presenta también anticuerpos para el VIH.
Requisitos para que el embarazo en estas circunstancias tenga los menores riesgos posibles
- Que la mujer presente el mejor estado de salud posible antes de decidir si quiere quedar embarazada.
- Que conozca los riesgos asociados a su medicación y, si es posible, evite las pautas de tratamiento con mayor riesgo para el feto.
- Tanto para el hombre como para la mujer, que el proceso infeccioso sea estable, lo que implica que no hayan padecido recientemente ninguna enfermedad.
- Cuando el hombre no está infectado por el VIH es conveniente la utilización de Técnicas de Reproducción Asistida, como la inseminación artificial, en este caso para evitar su contagio.
Consejos para las parejas con algún miembro seropositivo que desean tener hijos. Una pareja en la que uno de sus miembros, o ambos, padecen infección por el VIH tiene que ser consciente de que, si desea tener un hijo, debe solicitar una atención especializada que pueda preservar su salud y la del recién nacido. Esta atención se concreta en cuatro aspectos:
- Estabilización de la enfermedad de base y control por el especialista.
- Consejo reproductivo, con el fin de programar la gestación en las mejores condiciones posibles, o desaconsejarla si es el caso.
- Inseminación artificial con semen lavado para el VIH.
- Técnicas de Reproducción Asistida, en caso de que exista algún factor de esterilidad en la pareja.
Existen muy pocos centros que dispongan de experiencia y procedimientos estandarizados para la atención de pacientes infectados por el VIH que deseen tener hijos. Ciudades como Barcelona, Madrid y Milán han sido ciudades pioneras en el desarrollo de estas técnicas. El procedimiento consiste, en esencia, en el lavado del semen para posteriormente emplearlo en inseminación artificial.
Si bien el proceso de inseminación artificial con semen previamente preparado debemos realizarlo en Eugin, en ciertos casos gran parte de la fase previa de estudio y la preparación hormonal de la mujer puede desarrollarse de forma eficaz en la propia ciudad o área de residencia de la pareja.
Todo este procedimiento será coordinado por correo convencional o Internet. De esta forma muchas parejas que no viven cerca de EUGIN también pueden acceder a estas técnicas de una forma cómoda, que les permite abaratar los costes al no tener que desplazarse más que en el número de visitas estrictamente necesarias.
Estudios complementarios necesarios para el hombre
Antes de la aplicación de la técnica, se precisan una serie de resultados analíticos y pruebas complementarias, tanto para el hombre como para la mujer. Estos datos pueden obtenerse en la ciudad de origen de la pareja, muchas veces con la colaboración del especialista en enfermedades infecciosas que conduce habitualmente el caso. Para el estudio del varón se precisa:
- Seminograma. No se trata de un seminograma rutinario, sino que está especialmente orientado a conocer el potencial fecundante del varón después de la aplicación del proceso de lavado de semen, además, parte de esta muestra debe ser analizada mediante una técnica de PCR para asegurarse de que el lavado ha sido efectivo y que es apta para ser utilizada sin riesgo de contagio. Por este motivo se realiza en Eugin, siguiendo el mismo procedimiento de preparación del semen que se llevará a cabo el día de la inseminación artificial.
Hace unos años, los KITS de laboratorio utilizados para la determinación de esta PCR, nos permitían obtener un resultado al cabo de unas horas, lo que hacía posible la utilización de la muestra en fresco el día de la inseminación. Actualmente la utilización de este sistema no es posible y el resultado puede tardar entre 2 y 3 semanas. Este detalle técnico hace que, actualmente, no sea posible la realización de la inseminación con semen fresco, sino con congelado.
El proceso de lavado largo del semen para limpiarlo de virus, junto con la necesidad de trabajar con muestra congelada, hacen que, en muchas ocasiones, la calidad seminal final no sea adecuada para inseminación artifical y se aconseje directamente la realización de una FIV-ICSI. - Analítica sanguínea. Se solicita para tener un control de la infección y para el estudio de otra posible patología asociada. Incluye hemograma completo, bioquímica hepática y renal, serologías (HBsAg, anti-HC, lúes) y estudio VIH (niveles carga viral y valores CD4). Puede realizarse en la ciudad de residencia habitual.
- Informe del especialista en enfermedades infecciosas. Debe ser realizado por el propio especialista que controla la patología de base del varón y conoce en profundidad el caso clínico. Se trata de un informe en el que se evalúa el estado actual de la enfermedad y se especifica el tratamiento que se está efectuando. Se emplea un formulario estandarizado con el fin de facilitar la emisión de esta información por parte del especialista.
- Informe psiquiátrico. Sólo es necesario en el caso de que el varón esté en tratamiento sustitutivo con opiáceos o psicofármacos.
Estudios complementarios necesarios para la mujer
- Revisión ginecológica. Incluirá citología actualizada y ecografía transvaginal para evaluar la reserva ovárica. Se puede aportar o realizarse en Eugin durante la primera visita.
- Analítica sanguínea. Consiste en un hemograma completo, bioquímica hepática y renal, serologías (HBsAg, anti-HBs, anti-HC, rubéola, lúes, VIH) y grupo sanguíneo y Rh. Se realiza para una correcta valoración preconcepcional, que será necesaria en el caso de que el procedimiento finalice con éxito, es decir, que se consiga el embarazo. Puede aportarse desde su lugar de origen, si es reciente.
- Analítica hormonal. Se realiza en el tercer día del ciclo menstrual y consiste en FSH, LH y 17 b-Estradiol. En caso de coincidencia con días festivos, también puede practicarse entre los días 2 y 4 del ciclo. Puede realizarse en la ciudad de residencia de la mujer. No siempre es indispensable.
- Frotis genital. Se solicita en algunas ocasiones para descartar ETS (gonococo y chlamydia). También puede aportarse.
- Histerosalpingografía. Consiste en una radiografía con contraste, que estudia la permeabilidad de las trompas de Falopio. Preferentemente se efectuará entre los días 8 y 12 del ciclo. Puede realizarse en su ciudad de residencia. Esta prueba no siempre es necesaria.
- Determinación de la carga viral mediante PCR. Deberá efectuarse en el mismo ciclo de la inseminación y previamente a la misma. En caso de embarazo deberá practicarse una determinación de anticuerpos VIH con una periodicidad trimestral hasta el parto, con el fin de hacer un seguimiento de la seronegatividad.
Requisitos para la inseminación
Por parte del varón se requerirá una estabilización del proceso infeccioso, de forma que no se le haya diagnosticado en fecha reciente ninguna enfermedad y presente un buen estado general. Además deberá aportar el informe de su médico especialista con los datos debidamente actualizados, de forma que se disponga de una opinión autorizada sobre su estado de salud en ese momento. Añadido a lo anterior la muestra de semen capacitada debe ser apta para una inseminación, con una concentración y movilidad correcta de los espermatozoides.
Por parte de la mujer el requisito básico es que sea VIH negativa. En el caso de que la mujer también sea portadora del VIH, deberán cumplirse los mismos requisitos que en el varón y entonces se orientaría hacia otras Técnicas de Reproducción Asistida, como la fertilización in vitro.
Con el fin de optimizar el rendimiento de estas técnicas y minimizar el número de inseminaciones, éstas se efectuarán en ciclos inducidos farmacológicamente. La pareja deberá firmar una hoja de consentimiento informado.
Por lo que sabemos y entendemos, las parejas con VIH que deseen procrear, tienen mejores probabilidades de que su futuro hijo sea sano si se someten a un tratamiento de reproducción asistida, más que elegir la reproducción sexual natural ya que la transmisión de la enfermedad a la descendencia no está aún bien determinada.
En Eugin ponemos a disposición todos nuestros conocimientos para ayudarte si ésta es tu situación. Consulta con nuestros expertos para que te ofrezcan toda la información que está en nuestras manos y orientarte de la mejor forma posible.
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