Tan importante es la decisión de tener hijos como la de optar por no tener más o ninguno, y la operación femenina en este último caso tiene como objetivo ser definitiva, por lo que se debe ser muy consciente de los pros y los contras al tomar la decisión.
La ligadura de trompas es un método anticonceptivo generalmente irreversible, destinado a mujeres que se encuentren en la situación de tener muy claro que no quieren volverse a quedar embarazadas o que hayan decidido no ser nunca madres.
Sin embargo, puede llegar un momento en la vida en el que sí se quiera experimentar de nuevo o por primera vez la maternidad. En Eugin, entendemos perfectamente que, aunque esta decisión se tome en un momento determinado, puede llegar el día en que se quiera revertir. Por eso os queremos ayudar a cumplir vuestros deseos de ser madre, sin importar los obstáculos a los que os enfrentáis después de una ligadura de trompas.
Lo que en el pasado se consideraba un método de esterilización permanente, ahora se puede revertir gracias a los avances tanto científicos como tecnológicos, y hace posible que una mujer pueda recuperar su fertilidad, ya sea a través de una cirugía mayor, o mediante un proceso de fecundación in vitro.
Esta última opción es la más habitual y recomendable para mujeres que se han sometido a una ligadura de trompas y quieren ser madres, porque de esta manera pueden conseguir el embarazo sin necesidad de pasar otra operación quirúrgica mayor.
Veremos a continuación cómo ser madre después de una intervención de ligadura de trompas, así como inconvenientes y complicaciones que se puedan presentar durante el proceso.
Las trompas de Falopio son dos conductos finos que van desde el útero hasta el ovario. Transportan los ovocitos que se producen en el ovario durante el ciclo menstrual hasta la cavidad uterina, y también sirven de camino a los espermatozoides para que puedan fecundar al ovocito. Además, también aportan los líquidos necesarios para la fecundación y nutrición del cigoto. Por lo tanto, es el sitio donde se produce la fecundación.
A priori, es una operación que funciona como anticonceptivo definitivo, es decir, una mujer que se someta a esta cirugía ya no podrá quedarse embarazada de forma natural, y, por lo tanto, significa que es “estéril”.
La operación de ligadura de trompas se realiza mediante un método por el cual se cierran los conductos de las trompas, de forma que se impide la circulación tanto de ovocitos como de espermatozoides. Esta práctica se realiza en un hospital o clínica, mediante una incisión en el abdomen a nivel del ombligo, desde el que se accede mediante una laparoscopia hasta las trompas. Entonces, estos conductos se seccionan, se cauterizan o se les coloca una banda de forma que el conducto queda ocluido.
Este procedimiento dura aproximadamente 30 minutos y se realiza habitualmente bajo anestesia general, o bien anestesia local o raquídea. La operación se puede realizar después de tener un hijo con parto vaginal, mediante una laparoscopia. También se puede hacer durante una cesárea programada aprovechando el mismo acto quirúrgico.
No es extraño que una mujer que se ha practicado una ligadura de trompas desee, pasados los años, una nueva gestación. Existen muchos motivos (personales, familiares, de pareja…) para desear un nuevo hijo, ya que las circunstancias que nos rodean varían con el tiempo y una decisión que antes se había considerado definitiva ahora debe ser revisada.
La técnica de la ligadura de trompas consiste en impedir por medios quirúrgicos el paso de los espermatozoides hacia la zona ampular de la trompa de Falopio y con ello la fecundación del óvulo, que de forma natural tiene lugar en esta región. Habitualmente se realiza la sección de un fragmento de trompa y una ligadura con sutura reabsorbible, de manera que los extremos se separan y aumenta la eficacia anticonceptiva del procedimiento. El inconveniente surge cuando se desea recuperar su antigua función.
Aunque la repermeabilización es técnicamente posible, existen múltiples inconvenientes para realizarla, desde la amplitud de la zona extirpada hasta la existencia de adherencias, entre otros factores. Incluso una técnica quirúrgica impecable no garantiza la eficacia de la reparación, ya que ésta depende de muchos factores (se debe recuperar tanto la permeabilidad como la motilidad de la trompa). No obstante, existen casos en los que esta técnica es especialmente recomendable, como el de mujeres muy jóvenes que se plantean más de un embarazo en el futuro.
Por todo ello, la fecundación in vitro es, en la actualidad, una elección frecuente para mujeres con ligadura de trompas, ya que permite una gestación a corto plazo sin necesidad de esperar el resultado de una técnica quirúrgica. Sin embargo, la edad de la mujer es un factor decisivo para el éxito de esta técnica, ya que las posibilidades de embarazo disminuyen al aumentar la edad. Por este motivo, una vez tomada la decisión no es conveniente aplazar su puesta en marcha.
La ligadura de trompas suele emplearse como un método anticonceptivo definitivo, por lo que es habitual que la mujer ya haya tenido hijos anteriormente (es decir, que sea inicialmente fértil). Esta circunstancia simplifica, lógicamente, el estudio necesario.
- Es importante practicar un análisis de sangre, para comprobar que no existan alteraciones hormonales. El test hormonal basal (FSH, LH y Estradiol) permite conocer la capacidad de los ovarios para producir óvulos
- Al varón se le practica un seminograma. Se trata de un análisis sencillo que permite estudiar la capacidad fecundante del semen
- Con los resultados en la mano, se inicia el proceso para el diagnóstico y la recomendación del tratamiento más adecuado.
En el caso de que se confirme que la capacidad de los ovarios para producir óvulos está conservada y de que no exista patología del varón ni del endometrio, la indicación sería practicar una fecundación in vitro, ya que al no disponer de trompas de Falopio no se puede practicar una inseminación artificial. La fecundación in vitro puede realizarse con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)o sin ella.
En el caso de que se hubiera diagnosticado un pólipo endometrial o un mioma, se puede programar una histeroscopia para su confirmación. La histeroscopia es una exploración del interior de la cavidad uterina, que se realiza habitualmente sin necesidad de anestesia. Permite llegar al diagnóstico de ciertas patologías y realizar incluso su tratamiento en ciertas ocasiones (se pueden extirpar pólipos o miomas, por ejemplo). En este caso la técnica a realizar es también la fecundación in vitro.
En conclusión, actualmente ser madre después de haber sido sometida a una ligadura de trompas es posible, aunque tiene sus complicaciones e inconvenientes, por eso se recomienda que antes de someterte a esta operación estés segura de tu decisión y contemples todas las posibilidades.
Aunque al realizar el proceso de ligadura de trompas aún existe un riesgo de embarazo de hasta el 0,8%, es un método muy efectivo. Por eso convertirlo en reversible mediante un procedimiento quirúrgico tiene una gran complicación. En primer lugar, la tasa de embarazo después de una reversión no es muy alta ya que es muy complicado restablecer completamente la correcta motilidad de la trompa. Además, este proceso solo puede ser una opción para mujeres jóvenes, de menos de 35 años. También, al revertir la ligadura de trompas, hay más posibilidades de sufrir un embarazo ectópico.
Como se ha comentado anteriormente, ser madre después de una ligadura de trompas se hace más viable mediante una fecundación in vitro, y en Eugin somos especialistas en este campo. No dudes en dejarte asesorar, nosotros te ayudamos.
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