Tanto la cantidad como el estado de los ovocitos dependen de la edad, por lo que si piensas recurrir a la vitrificación, no esperes más de la cuenta
Nos consta que muchas mujeres se preguntan cuál es la calidad de sus óvulos. Es muy importante retener que el factor clave que determina tanto la cantidad como la calidad ovocitaria es la edad. Así de sencillo. Es cierto que los ovocitos pueden sufrir alteraciones antes de lo previsto en casos de enfermedades genéticas, menopausia precoz, afectaciones del sistema inmunológico o por unos hábitos de vida poco saludables. Sí, pero, en términos generales, lo que condiciona el estado de las células sexuales femeninas es el paso del tiempo.
Cada mujer llega al mundo con una dotación limitada de óvulos. Es lo que se conoce como reserva ovárica. En el nacimiento se sitúa alrededor del millón de ovocitos y a medida que pasan los años esta cantidad disminuye. Se calcula que en el momento de la menarquia o primera regla (entre los 8 y los 16 años) la reserva ya se ha reducido a 400.000. Es decir, que en todo el periodo previo al inicio de la edad reproductiva, 600.000 óvulos se han perdido por el camino.
A lo largo de la etapa fértil, cada mujer ovula entre 400 y 450 ovocitos del millón que conformaban la reserva ovárica inicial
Pero no hay por qué alarmarse. A lo largo de la etapa fértil, cada mujer ovula entre 400 y 450 ovocitos del millón que conformaban la reserva ovárica inicial. En cada ciclo de ovulación, aproximadamente cada 28 días, el cuerpo genera un óvulo maduro que está preparado para ser fecundado por un espermatozoide. Si no se fertiliza y el embrión no llega al útero para implantarse y dar lugar a un embarazo, el endometrio (la capa de tejido que recubre el interior del útero), es expulsado por la vagina en la hemorragia menstrual. Y así cada mes.
Entre los 16 y los 35 años, las mujeres viven la etapa de mayor fertilidad; la cantidad de óvulos es elevada y su calidad no se ha visto todavía alterada.
Los límites de la fertilidad
El deterioro de la calidad de los óvulos supone una gran dificultad para lograr el embarazo y llevarlo a término
¿Qué pasa a partir de los 35? Se produce un punto de inflexión: la fertilidad femenina entra en una fase de regresión y cada año se acelera el declive. Esto se traduce en una caída acelerada de la reserva ovárica, que va acompañada de una irreversible disminución de la calidad de los óvulos. Con el paso de los años las células del cuerpo, óvulos incluidos, envejecen, es decir, se deterioran. Esto se traduce, por ejemplo, en la pérdida de algunos elementos del citoplasma que garantizan el óptimo funcionamiento celular. El deterioro de la calidad de los óvulos supone una gran dificultad para lograr el embarazo y llevarlo a término.
Aunque no existe ninguna técnica que permita mejorar la calidad ovocitaria, sí es posible analizar la cantidad de óvulos para determinar cuál es la capacidad reproductiva. Una de las pruebas más fiables consiste en el recuento de los folículos antrales, las estructuras esféricas y llenas de líquido que en el interior del ovario envuelven el óvulo hasta que madura y se libera.
Así que si te planteas congelar tus óvulos, lo ideal es que lo hagas antes de los 35. De esta manera, te asegurarás de que la calidad de tus óvulos jóvenes se mantenga intacta cuando los necesites más adelante.