Repasamos punto por punto el momento más especial del tratamiento de congelación de óvulos, cuando se extraen los ovocitos que se vitrificarán
Sin duda, es el momento más esperado en las dos semanas que dura el tratamiento de congelación de óvulos. El día de la aspiración o punción folicular te extraemos los ovocitos que se vitrificarán. Sabemos por experiencia que la inmensa mayoría de las mujeres lo viven con gran emoción. ¡Y no es para menos! Los óvulos obtenidos pueden convertirse al cabo de un tiempo en la simiente de una nueva vida que quedará para siempre unida a la tuya.
De lo que se trata es de extraer los ovocitos en el estado madurativo que posibilite la fecundación
Todo esto está muy bien, pero ¿qué hago yo ese día?, te preguntarás. Tranquila, en realidad, ya lo has hecho prácticamente todo. Has completado la fase de estimulación ovárica, cuyo objetivo es favorecer la maduración y la ovulación de la mayor cantidad posible de óvulos. Los días anteriores a la punción nuestro equipo médico habrá controlado el crecimiento de los folículos y la respuesta hormonal de tu cuerpo a fin de programar con la mayor exactitud el momento óptimo para la punción. De lo que se trata es de extraer los ovocitos en el estado madurativo que posibilite la fecundación.
Diez minutos de intervención
¿Que aún no hemos respondido a tu pregunta? Tienes razón, vamos a ello. Para empezar, has de saber que la aspiración es una pequeña intervención que dura unos diez minutos. Entrarás brevemente en un quirófano para mantener en todo momento las condiciones de máxima seguridad sanitaria. Allí, cuando estés colocada en la posición que adoptas cuando pasas una revisión ginecológica, el anestesista te administrará la sedación por vía intravenosa para que no sientas ninguna molestia.
Una vez instalada en el mundo de los sueños, el ginecólogo introduce por la vagina el ecógrafo con la aguja de aspiración y, en una operación guiada por ultrasonido, va pinchando los folículos a la vez que succiona el líquido que contienen. Los óvulos flotan en este líquido, que va directamente a unos tubos de ensayo que se encuentran a una temperatura de 37 °C. Sin la menor variación térmica, los tubos se trasladan al laboratorio. Es allí donde nuestros especialistas analizan las muestras para recuperar los óvulos maduros que finalmente se congelarán.
Manta, tableta y bocata
Acto seguido, te trasladamos al área de reanimación. Cuando te despiertes te acomodaremos en un sillón reclinable y te mantendremos en observación, con una mantita encima por si te sintieras destemplada y una tablet para que no estés de brazos cruzados. Tras varios controles de la tensión, te ofrecemos un bocadillo y un zumo que, tenlo por seguro, en ese preciso instante apetecen de lo lindo. En el momento en que confirmamos que tus constantes siguen siendo normales y tu cuerpo responde satisfactoriamente a la ingesta de alimentos ya puedes irte a casa.
Antes de que te vayas, te explicamos y te entregamos las instrucciones que deberás seguir en las horas siguientes, así como el informe con el número de óvulos extraídos. En mujeres menores de 39 años, lo deseable es congelar al menos nueve ovocitos, una cantidad más que suficiente para poder preservar la fertilidad. Por cierto, al cabo de unos días recibirás una fotografía de tus óvulos justo antes de ser congelados.
Vuelta a la rutina sin prisas
Si bien la intervención es muy breve, la estancia en la clínica suele prolongarse un par de horas. De esta manera nos aseguramos de mantener un seguimiento detallado de tu estado de salud, sobre todo después de la punción, y de que estás totalmente recuperada cuando abandonas el centro. Podrás salir por tu propio pie, pero no está de más que lo hagas acompañada.
Aunque puedas hacer vida prácticamente normal tras la aspiración folicular, es recomendable que te tomes ese día de descanso
Y recuerda: aunque puedas hacer vida prácticamente normal tras la aspiración folicular, es recomendable que te tomes ese día de descanso y que recuperes poco a poco tu ritmo habitual hasta que te baje la regla. Piensa que, a consecuencia de la medicación hormonal para la estimulación ovárica, durante algunos días puedes notar molestias similares a las del síndrome premenstrual: hinchazón en la zona del bajo vientre y episodios de hipersensibilidad emocional.