El proceso que culmina en la vitrificación de los ovocitos es rápido y sencillo, por lo que apenas notarás cambios en tu vida cotidiana
Te has tomado unas semanas de reflexión, has ordenado tus pensamientos y por fin te has decidido a congelar tus óvulos. ¡Enhorabuena! Sientes que es la elección correcta. Poco a poco, un vigorizante sentimiento de alivio empieza a invadirte. Sin embargo, justo ahora, cuando estás a punto de comenzar el programa de preservación de la fertilidad, te entra el vértigo. Lo que te atenaza no son cuestiones trascendentales, esas ya las has superado, sino detalles de índole práctica que creías secundarios y que en este preciso instante alcanzan cuanto menos la categoría de cruciales.
“¿Tendré que faltar al trabajo? ¿Cómo comunicaré la ausencia? ¿Afectará el proceso de congelación a mi día a día?” Estos son algunos de los interrogantes que se plantean las mujeres que están a un paso de vitrificar sus óvulos. Si compartes estas dudas, tranquila, no hay por qué ponerse nerviosa. El tratamiento no supera las dos semanas. Y durante ese tiempo, casi no pasas tiempo en la clínica.
El tratamiento es rápido y cómodo. No requiere hospitalización y, para mayor comodidad, lo habitual son solo dos desplazamientos a la clínica
Paso a paso
Para empezar, repasemos el proceso. El día de la primera visita, el médico despeja tus dudas, te explica cómo administrarte la medicación para la estimulación ovárica y te entrega un lápiz de memoria con toda la información.
Aproximadamente, a los cinco días de haber empezado la estimulación, debes hacerte una ecografía y un análisis de sangre para evaluar tus niveles de la hormona estradiol (si vives lejos no hace falta que vayas a la Clínica Eugin, puedes acudir a un ginecólogo externo). Según los resultados, el especialista de Eugin te comunicará la fecha del siguiente control, dos o tres días después del primero. En estos controles se examinan los folículos, las estructuras ováricas en cuyo interior se desarrolla el óvulo. Se pueden necesitar entre dos y cuatro controles foliculares.
El último paso es programar la aspiración folicular. Se trata de una sencilla intervención mediante la cual se obtienen los óvulos maduros, que ese mismo día se vitrificarán.
Ya lo ves, el tratamiento es rápido y cómodo. No requiere hospitalización y, para mayor comodidad, lo habitual son solo dos desplazamientos a la clínica. Incluso puedes solicitar la primera visita por videoconferencia.
Sin agobios en el trabajo
Si en algún caso tienes que ausentarte del trabajo, puedes comunicarlo con la misma normalidad que cuando has acudido al ginecólogo en otras ocasiones, y sin necesidad de entrar en detalles. Por muy quisquilloso que sea tu jefe o jefa, no te verás obligada a dar más explicaciones si no lo deseas. Eso sí, ten en cuenta que la última visita, la de la aspiración folicular, dura unas dos horas. Cuando abandones la clínica podrás hacer vida prácticamente normal, pero es recomendable que alguien te acompañe y reduzcas el ritmo de actividad durante el resto del día, por lo que si lo puedes evitar, es preferible que te quedes en casa.
En cuanto a la medicación, se trata de inyecciones subcutáneas que te puedes aplicar tú misma en casa. Si lo prefieres, puede pincharte tu pareja, una amiga, un familiar… cualquier persona de tu confianza. Es muy sencillo. El pendrive que recibes en la primera visita contiene instrucciones detalladas para que puedas administrarte los fármacos. Además, en el canal de YouTube de Timefreeze encontrarás completos videotutoriales que te explican cómo hacerlo.
El pendrive que recibes en la primera visita contiene instrucciones detalladas para que puedas administrarte los fármacos
Recuerda: tienes que pincharte cada día a la misma hora. Lo más recomendable es entre las nueve y las once de la noche, de modo que si tienes planeada alguna cena fuera de casa puedes llevar contigo la medicación sin problemas. Un pinchacito en el lavabo, y listos. Ni mucho menos tienes que renunciar a tu vida social durante el tratamiento.
En realidad no hace falta una gran organización para completar el proceso de vitrificación. Cuando te quieras dar cuenta ya habrán pasado las dos semanas y tus óvulos congelados estarán perfectamente conservados. Esperando el momento en que decidas utilizarlos.