Claudia* es una mujer italiana que nos explica cómo ella y su pareja afrontan el viaje más emocionante de sus vidas durante su tratamiento de fertilidad en Eugin Hace algunos años, tras una larga relación sentimental, decidí que no quería renunciar al sueño de tener un bebé. Siempre pensé que los niños son fruto del amor y que sería bonito que un mi hijo tuviera un padre y una madre. Pero, con el paso del tiempo, evolucionas emocionalmente y en la manera de pensar. Tras superar aquella ruptura, llegué a la conclusión de que podía amar a un niño incluso sin el apoyo de un hombre. ¿Fue fácil compartir esta decisión con tu entorno?Estaba íntimamente orgullosa de mi elección, tanto que la compartí con mis amigas. No me daba ninguna vergüenza o reparo. Al contrario, ¡era una decisión abierta y valiente! ¿Qué camino te llevó hasta Clínica Eugin?Me informé sobre los países donde era posible llevar a cabo un tratamiento sin pareja, ya que, en 2010, Italia aún estaba muy lejos de los discursos actuales en torno a la reproducción asistida. Eugin apareció rápidamente en internet y no fue difícil encontrar la información que buscaba. Contacté inmediatamente con la clínica a través de su web y en muy poco tiempo recibí una respuesta con un presupuesto detallado. Rellené los campos requeridos y diseñaron un tratamiento adaptado a mis condiciones de entonces (39 años, sin pareja). ¿Qué valoraste más de este primer contacto?La claridad y la velocidad. Y, sobre todo, que no contactaran conmigo para saber qué había decidido. Además, al cabo de pocos meses cambié mi idea inicial. ¿Qué ocurrió?En 2014 tuve la suerte de encontrar a un hombre maravilloso con quien, más tarde, he podido compartir el sueño de tener un hijo. Tras vicisitudes de todo tipo en centros de reproducción asistida italianos, quedamos desilusionados. De manera inmediata, pensé en la clínica que, algunos años atrás y en circunstancias bien distintas, me había causado tan buena impresión. Recuperé mi antiguo presupuesto, volví a visitar el web de Eugin y encontré otra vez mucha información útil. ¿No temías encontrarte con los mismos problemas?Al principio fuimos muy cautelosos porque tenía miedo de volver a decepcionarme. Durante mi larga experiencia con un centro de reproducción asistida italiano, viví serias dificultades emocionales por la escasa atención que dedicaban a los pacientes. En mi opinión, habían perdido la delicadeza que requiere una relación de este tipo. A menudo me encontraba con una actitud informal y con orientaciones poco precisas, todo lo contrario de lo que necesita una mujer inmersa en un tratamiento de este tipo. La verdad es que Eugin nos despertó muchas expectativas porque se trata de un centro europeo con una larga trayectoria que propone soluciones de una manera clara y que cuida la dimensión humana. Analizamos cada contacto con lupa y no hemos quedados decepcionados. Estamos contentos de cómo Eugin nos ha hecho sentir. ¿Qué le dirías a una mujer que va a empezar un tratamiento de reproducción asistida?¡Has tomado la decisión correcta! No te sientas mal, no dejes que te asalten las dudas más atroces. Has llegado hasta aquí por una razón. Somos muchas, ¡no estás sola! Solo que no todas lo dicen, por pudor… por vergüenza, quizá. ¿Vergüenza? ¿Por qué tendrías que avergonzarte? ¿Porque tu cuerpo no responde como debería? ¿Porque esta situación te hace sentir menos mujer? No es así. Estás buscando un hijo a quien amar. No estás haciendo nada malo. Es para ti, para tu pareja, para vosotros… ¡para la vida! El camino ha sido difícil y te ha llevado a tomar esta elección. Tienes que estar orgullosa de ella, es solo una ayuda que la medicina te ofrece para crear vida. Y a ti, ¿qué te hubiese gustado escuchar unos cuantos años atrás?Si volviera atrás, querría que me dijesen lo mismo. Querría haber hablado antes de ello, haber entendido mejor la situación. He vivido en la ingenuidad y he ignorado ciertas cosas durante demasiado tiempo. No estaba preparada. Nadie me había dicho que el paso del tiempo es tan importante para una mujer. No sabía cuánto tiempo tenía a mi disposición para ser madre, en ese momento no era importante. Lo he entendido después. * Nombre ficticio para preservar la identidad de la paciente. ¿Te has encontrado en una situación parecida? ¡Anímate y comparte tu experiencia con nosotros! También puedes participar en nuestras redes sociales.
“Nadie me había dicho que el paso del tiempo es tan importante para una mujer. No sabía cuánto tiempo tenía para ser madre”
Publicado el 25 mayo 2015|Última actualización el 24 febrero 2022|Sobre Reproducción Asistida.|Artículo revisado por: El equipo médico de Eugin