Si a diferencia de lo que ocurre en tu entorno no logras quedarte embarazada puedes sentirte aislada. Compartiendo tu experiencia o buscando apoyo descubrirás que no lo estás
La mayoría de las personas que encuentran dificultades para conseguir el embarazo se sienten solas en algún momento de su viaje hacia la fertilidad. Quizá sea inevitable experimentar una cierta distancia respecto a amigos que han tenido hijos fácilmente y que están inmersos en una nueva vida familiar. Tampoco es ninguna sorpresa no estar siempre cómoda rodeada de colegas de trabajo, familiares o amigas que están embarazadas.
Empezar por entender que estos sentimientos son una respuesta de lo más natural a lo que estás viviendo puede ser de ayuda. Cuando anhelas tener un niño, tal vez sientas que tus amistades cambian si quienes forman parte de tu círculo comienzan a quedarse en estado. Es muy posible que sus prioridades e intereses varíen y que tú ya no estés tan cerca como solías estarlo de personas cuyas vidas han cambiado de un modo en el que la tuya no lo ha hecho. Esto no significa que tu amistad se haya perdido para siempre; lo que ocurre es que, a menudo, es más duro tratar con parejas que esperan un bebé que con amigos que ya son padres.
Y esto puede hacerte sentir sola.
Nadie más está pasando por estoQuizá creas que no conoces a nadie con problemas de fertilidad si ninguno de tus amigos, familiares o colegas parece atravesar dificultades. La realidad puede ser muy diferente. Sabemos que alrededor de una de cada seis personas encontrará obstáculos para lograr el embarazo, así que la probabilidad de que no conozcas a nadie que esté pasando por esa situación es verdaderamente escasa. Lo que es más probable es que no hayan hablado con nadie de ello.
Por supuesto, puede haber razones de todo tipo: a muchas personas les cuesta compartirlo, otras valoran mucho su intimidad en un asunto tan personal y no quieren que nadie sienta pena por ellas o que las juzgue.
La infertilidad todavía arrastra un cierto estigma y no todo el mundo tiene ganas de confiar sus problemas a quienes les rodean. Desde luego, es muy posible que tú tampoco hayas dicho nada de lo que te ocurre a nadie. En tal caso, tu entorno pensará que simplemente todavía no estás preparada para abordar la maternidad o que ni siquiera has pensado en ella.
Por qué hablar puede ayudarOtro efecto positivo de hablar sobre tu situación, si eres capaz de hacerlo, es que encontrarás a otras personas que enseguida compartirán sus propias experiencias contigo. Muchas te sorprenderán, ya que personas que creías nada interesadas en tener hijos o muy centradas en sus carreras profesionales se encuentran en pleno tratamiento de fecundación in vitro. O incluso puede que familiares de más edad te cuenten historias de embarazos infructuosos de las que no tenías ni idea. Crear vínculos y entablar amistad con personas que entienden de qué les hablas puede resultar de gran ayuda.
Conversar con un profesional también es una buena idea. Psicólogos o terapeutas experimentados en cuestiones de fertilidad están más que familiarizados con los sentimientos de aislamiento que surgen en estos casos y podrán ofrecerte apoyo. Quizá pienses que no necesitas el acompañamiento emocional que tu clínica de fertilidad te ofrece, pero nunca es mala idea reunir toda la ayuda que esté a tu disposición para sentirte reconfortada durante el tratamiento.
Amistad y fertilidadLas nuevas amistades no tienen por qué limitarse a tus círculos. Sumarse a un grupo de apoyo o a un foro online sobre fertilidad puede ser una excelente manera de conocer a otras personas que están atravesando pruebas y tratamientos de reproducción asistida. Incluso si piensas que esto no va contigo, probarlo podría dar resultados sorprendentemente positivos, ya que el mero hecho de establecer contacto y compartir experiencias es por sí mismo valioso.
Es natural que te sientas sola de vez en cuando durante tu viaje hacia la maternidad, pero recuerda que hay millones de personas en todo el mundo que afrontan problemas de fertilidad y que probablemente también se sienten aisladas. Estés donde estés, puedes dedicarles un pensamiento afectuoso y sentirte animada pensando que alguien en cualquier punto del planeta te responde con otro mensaje de apoyo.