Mediante esta punción que apenas dura diez minutos se obtienen los ovocitos que se someterán al proceso de vitrificación
Desconocer exactamente lo que te harán es la gran incertidumbre al entrar en la consulta médica. Si decides congelar tus óvulos, este momento llega cuando se acerca la hora de la aspiración folicular. El nombre ya por sí solo puede generar respeto, pero en realidad se trata de un sencillo proceso que transcurre en tan solo diez minutos y que no causa grandes molestias.
Es importante empezar por el principio. ¿En qué consiste la aspiración folicular? Se trata de una intervención para recuperar de cada folículo el líquido folicular donde se encuentra el ovocito u óvulo, que posteriormente será congelado en el laboratorio. Este proceso se realiza en un quirófano para contar con las mejores garantías de seguridad en todo momento.
Las mujeres que se someten a la aspiración son sedadas previamente por vía intravenosa para evitar cualquier tipo de molestia. Con la anestesia, duermen completamente tranquilas, como explicaba recientemente nuestra product manager Coralie Samarà en el relato de su experiencia.
En realidad, únicamente pasan en quirófano unos diez minutos. Pese a esta corta intervención, la estancia en la clínica se prolonga durante unas dos horas para que el equipo de médicos y anestesistas lleve a cabo un estricto seguimiento de tu estado de salud antes, durante y especialmente después de la punción, para asegurarse una total recuperación tras la intervención. Así pueden darte el alta y permitir que salgas por tu propio pie, preferentemente acompañada.
El momento más esperado
Si en algo coinciden la mayoría de las mujeres que se han sometido a una congelación de óvulos es que el momento más esperado de este día es conocer el número de ovocitos que se han podido extraer. Los ginecólogos te lo comunican cuando te despiertas de la sedación. En mujeres menores de 39 años, lo ideal es congelar un mínimo de nueve, una cantidad más que suficiente para preservar la fertilidad y que es insignificante comparado con los aproximadamente 400.000 ovocitos que tiene una mujer a lo largo de su vida.
Tras la aspiración folicular se puede hacer vida prácticamente normal, una cuestión que también genera muchas dudas. Es aconsejable que las mujeres que se someten a la aspiración folicular se tomen ese día de relax y que vuelvan a la rutina progresivamente hasta que les baje la regla. Hasta ese momento y debido a la estimulación ovárica previa, pueden sentir durante unos días un leve hinchazón en el bajo vientre y algún que otro altibajo emocional. Nada muy diferenciado de los efectos del síndrome premenstrual.
Más allá de estas pequeñas molestias, las únicas que se perciben a lo largo del proceso, centenares de mujeres confirman la satisfacción y el convencimiento absoluto de haberse sometido a la vitrificación de ovocitos. Lo demuestran las palabras que utilizan al hacer balance de su proceso de congelación: “serenidad”, “tranquilidad”, “liberación” o incluso, como dijo recientemente la actriz y brand ambassador de Timefreeze, Norma Ruiz, “un regalazo a mí misma”.