Las mujeres que deciden dar sus óvulos coinciden en lo importante del gesto y lo emocionante que es saber que están ayudando a otras mujeresClara se decidió a donar sus óvulos porque su sobrino había nacido gracias a un tratamiento de reproducción asistida. Después de más de un año intentando ser madre de forma natural, su hermana descubrió que tenía problemas de fertilidad y que tendría que recorrer a la medicina para ser mamá.
Tras unos meses de tratamiento, Sandra se quedó embarazada y nueve meses más tarde Clara tenía en sus brazos una preciosa niña. La gratitud de su hermana hacia la mujer que le había permitido ser madre fue lo que impulsó a Clara a hacerse donante.
El caso de María fue totalmente distinto. “Un día, una amiga me explicó lo contenta que estaba de poder ayudar a una mujer donando algunos de sus óvulos, y una tarde me acerqué a la clínica para preguntar”. Allí, María se informó, y finalmente decidió someterse al tratamiento para donar sus óvulos. De hecho, cuatro de cada diez donantes conocen esta opción a través de alguna amiga o conocida. “La decisión no fue tan impulsiva como puede ser la donación de sangre”, explica, “sin embargo, es mucho más gratificante porque es un gesto que ayuda a cumplir el sueño de otra persona”.
Marta, por su parte, reconoce que cuando salió de la clínica tras haber donado sus óvulos se echó a llorar. “Ser madre es lo más bonito del mundo”, cuenta, “por eso, saber que gracias a mí otra mujer podrá serlo me llena de orgullo. Es lo más gratificante que he hecho nunca”. Su caso es además bastante peculiar, porque Marta donó óvulos tras haber sido madre, por tanto, habiendo pasado por la experiencia del embarazo y totalmente convencida del gesto que hacía.
Un perfil solidario y responsable
Estos tres testimonios son solo algunos de los muchos que han pasado por Eugin, que a lo largo de estos 15 años ha cumplido los sueños de centenares de mujeres. Pero, ¿quiénes son estas donantes?
En su mayoría, las donantes de óvulos son mujeres entre 18 y 35 años con un perfil solidario y un alto nivel de responsabilidad. Tienen muy presente que lo que hacen es para otra persona y, por este motivo, son muy cuidadosas a la hora de administrarse la medicación para que todo salga correctamente. Muchas vienen de manera totalmente altruista y sin conocer previamente a ninguna mujer que haya recurrido a la donación de óvulos para lograr su embarazo, pero también hay otros casos en los que algún miembro de la familia ha tenido dificultades para concebir o ha tenido hijos gracias a la donación de óvulos y son conscientes de la importancia de su gesto. “No cuesta tanto dar este magnífico regalo a otra mujer”, cuenta Cristina. “Ojalá mis óvulos ayuden a una pareja a tener hijos”, dice Silvia. Y Ana añade: “Soy madre y sé lo que se siente, por eso quiero ayudar a que otras mujeres lo sean”… Los testimonios son todos ellos muy emocionantes, y es que su gesto tiene un gran componente emotivo: permitir que una mujer que tal vez había descartado la maternidad pueda cumplir su sueño y dar a luz a una nueva vida.