Cuando tu hijo te haga la pregunta, será el momento de explicarle
En general, hacia los 5 o 6 años de edad los niños empiezan a preguntarse de dónde vienen los bebés. Cuando tu hijo te haga la pregunta será el momento de explicarle el método natural y de hablarle entonces, si te parece bien, de la reproducción asistida. Si este hijo vino al mundo gracias a una inseminación o incluso mediante una FIV intraconyugal, es decir, que el ovocito proviene de su madre y el espermatozoide de su padre, no habrá mucho problema en explicarle que, para concebirlo, tuvisteis que recurrir a un equipo médico. Evidentemente, habrá que adaptar la información a la edad del niño y completarla a medida que se vaya haciendo mayor. Las explicaciones deben ser simples y claras para que el niño no se considere especial o diferente. Existen varios libros infantiles que hablan del tema.
Sin embargo, puede resultar algo más difícil de explicarles a aquellos niños que han nacido gracias a una donación. En este caso, es conveniente hablar con ellos lo antes posible, desde que empiezan a plantear las primeras preguntas. Los especialistas concuerdan que a partir de la adolescencia los niños no asimilan bien el descubrir que su concepción ha sido artificial. El camino que habéis recorrido para que nazca forma parte integrante de su vida, por lo que tiene derecho a que se le cuente de manera totalmente transparente y a crecer habiéndolo aceptado e integrado. La sinceridad, la honestidad y la humildad son claves para la aceptación del niño. Por el contrario, si siente que le están ocultando cosas, que hay un secreto acerca de su nacimiento o que se omiten algunos aspectos, existe el riesgo de que se preocupe. El niño tiene que saber que los genes no lo son todo, y que el donante o la donante se ha limitado simplemente a ofrecer una célula con una carga genética que ha permitido su concepción, al igual que otros donan sangre o plaquetas, que también es donar vida a un hemofílico. Con el amor incondicional que le dais, asumir plenamente vuestra elección y afirmar que no os arrepentís de nada, que seguís igual de firmes con esta decisión, debería ser suficiente para apaciguar sus dudas.
Si no encontráis las palabras y no llegáis a destapar el secreto, no dudéis en recurrir a un psicólogo o a un psiquiatra infantil, ellos tendrán los recursos necesarios para romper el tabú y gestionar las emociones del niño. Del mismo modo, no hay que dudar en consultarles si el niño reacciona mal y se lanza en búsqueda de respuestas sin fin, si tiene problemas en el colegio o si no se integra. Esto puede suponer un trabajo más o menos largo en función del niño y de la historia y trayectoria de los padres.
Explicadle que más que una donación de gametos, el donante o la donante le ha dado la posibilidad de vivir, y que eso es el mayor regalo que uno puede recibir, lo que hace de él o ella un ser excepcional, fruto de una historia increíble…