Tanques automatizados de última generación garantizan a nuestros pacientes la máxima seguridad, protección y conservación de las muestras obtenidas
La vitrificación de óvulos, semen o embriones es una fase crucial en cualquier tratamiento de reproducción asistida, ya que permite la conservación en óptimas condiciones de estas muestras. Es fundamental que se conserven intactas, totalmente inalterables, para que mantengan todo su potencial en perfecto estado. Así, cuando los pacientes necesiten más adelante estas valiosas muestras, tendrán la posibilidad de usarlas con las máximas garantías de éxito.
Para conseguir preservarlas en un estado idóneo es imprescindible contar con una técnica eficiente de congelación o vitrificación que proporcione buenos resultados de supervivencia. Igualmente importante es la capacidad de almacenar las muestras congeladas con el fin de que se mantengan a la misma temperatura en todo momento y garantizar que siempre estarán en perfecto estado.
El nitrógeno líquido permite conservar las muestras en las mejores condiciones. Se encuentra a casi -200 °C (-195,8 °C, para ser exactos) y a esta temperatura tan baja todo queda inmóvil, como en pausa, y se puede mantener inalterable durante muchos años sin ningún tipo de problema. Unos grandes tanques organizados en compartimentos y llenos de nitrógeno líquido sirven para guardar y clasificar las muestras.
La seguridad, lo primero
En la Clínica EUGIN, en nuestra apuesta continua por unificar tecnología y seguridad, trabajamos para garantizar la total protección de las muestras. Por esta razón, las conservamos todas en unos recipientes de última generación, completamente seguros y automatizados, conocidos como tanques de nitrógeno líquido en fase vapor.
Estos tanques, de fabricación alemana, pueden almacenar entre 13.000 y 30.000 muestras cada uno. Pero más importante que su capacidad es la seguridad que ofrecen. Estos recipientes detectan de forma automática si la temperatura y el nivel de nitrógeno son correctos. En el supuesto de que perciban la más mínima subida de temperatura, su sistema de autorregulación inyecta más nitrógeno a través de unos conductos especiales conectados a un enorme contenedor lleno de nitrógeno líquido.
Esto es lo que ocurre con nuestros tanques. Siempre contienen la cantidad necesaria de nitrógeno gracias a que disponen de un sistema automático y no manual. Nuestros pacientes tienen, por lo tanto, la garantía de que sus muestras están controladas en todo momento y de que el estado en que se encuentren tras su descongelación será el óptimo.