Los embriones aptos que no se transfieren en un ciclo de fecundación in vitro pueden congelarse y utilizarse en futuros intentos de embarazo
Durante un ciclo de fecundación in vitro se generan varios embriones para transferir al útero de la mujer. Aunque la ley prevé la posibilidad de transferir hasta 3 embriones, en algunos casos sólo transferiremos uno o dos.
¿Qué pasará con el resto de embriones que están listos para ser transferidos?
La criopreservación es a día de hoy una técnica consolidada y con buenas tasas de éxito, que permite aprovechar al máximo los embriones sobrantes de un ciclo de fecundación in vitro para futuros intentos.
“Cada embrión es único, y por este motivo le damos todas las oportunidades posibles para que se desarrolle y sea apto para congelarlo, así podremos utilizarlo en un futuro”, explica la Dra. Aïda Pujol, bióloga del laboratorio de Clínica Eugin. “Una vez se elige el embrión o los embriones que se van a transferir” añade, “se deja el resto en cultivo en el laboratorio hasta un máximo de seis días desde el momento de la inseminación –es plazo máximo en el que se pueden transferir– para congelar aquellos que pueden ser aptos para una nueva transferencia, que llamamos criotransferencia”.
Una técnica segura
La crioconservación de embriones es una técnica de reproducción asistida muy segura, que a día de hoy aporta unos buenos resultados. De hecho, nueve de cada diez embriones que se congelan están en perfectas condiciones tras la descongelación.
“Las tasas de embarazo en ciclos de fecundación in vitro con embriones congelados son muy buenas”, asegura la Dra. Pujol. “Por este motivo, siempre que un embrión reúne los criterios establecidos, los congelamos”, afirma.
Fácil planificación
La fecundación in vitro con transferencia de embriones crioconservados es un proceso cómodo para las pacientes, puesto que permite organizar más fácilmente el desplazamiento a la clínica. Con esta técnica, además, las pacientes siguen una pauta de medicación más sencilla y pueden programar en qué día prefieren realizar la transferencia embrionaria.
La congelación de embriones se realiza mediante el proceso de vitrificación, que no dura más de diez minutos. Tras haberles aplicado nitrógeno líquido, los embriones se conservan vitrificados en tanques de nitrógeno vapor, donde permanecerán disponibles y en perfectas condiciones-controlados y supervisados al detalle- hasta el momento de descongelarlos y transferirlos a la futura mamá.