En el programa de la tercera mesa redonda se habló del futuro. El tema: «La infertilidad mañana: ¿prevenir o curar?»
El pasado 6 de junio, con ocasión de la semana de sensibilización hacia la infertilidad (del 4 al 10 de junio de 2018), organizamos en París, en colaboración con Doctissimo y con la asociación Collectif BAMP, media jornada de debates dirigidos por Marc Tronchot, exdirector de la redacción de la cadena Europe 1. Como tema central de esta jornada, una cuestión que nos afecta a todos de cerca o de lejos: el deseo de tener un bebé. Nuestro objetivo: ¡sensibilizar, informar y hacer reflexionar!
Si todavía no habéis leído el artículo de la primera mesa redonda, un debate en torno a la cuestión ¿el deseo de tener un bebé es más fuerte que cualquier otra cosa?, podéis leerlo aquí. Y para el segundo artículo sobre “origen y filiación: ¿qué transmitir?”, lo tenéis aquí.
La tercera mesa redonda estaba decididamente orientada al futuro. Su tema: «La infertilidad mañana: ¿prevenir o curar?»
O, dicho de otra manera: ¿podrían prevenirse determinadas formas de infertilidad? ¿Puede influir nuestro inconsciente sobre nuestra fertilidad? ¿Qué nos aporta la investigación en epigenética sobre la infertilidad y sobre el vínculo materno-filial? Preguntas todas ellas cruciales a las que han respondido cuatro expertos:
- André Cicolella, químico y toxicólogo, presidente de Réseau Environnement Santé (Red Medio Ambiente Salud). Autor de Toxique Planète y de Cancer du sein : en finir avec l’épidémie (inéditos en España).
- La Dra. Joëlle Desjardins-Simon, psicoanalista, autora de Les verrous inconscients de la fécondité(inédito en España).
- La Dra. Ariane Giacobino, médica genetista, profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra, miembro de las sociedades suiza, europea y estadounidense de genética humana, autora de Peut-on se libérer des gènes ?(inédito en España).
- La Dra. Catherine Rongières, ginecóloga-obstetra, coordinadora del comité de ética del área de ginecología de Estrasburgo.
De este intercambio, nos quedaremos con la constatación incontestable de los últimos estudios internacionales, que señalan que la calidad del esperma se ha reducido en un 30 % en los últimos años. Las causas, según André Cicolella, las tenemos en “el modo de vida occidental, y en particular los alteradores endocrinos o los ftalatos, que han invadido nuestro mundo moderno (biberones, conservas, cosméticos, etc.)”.
Un impacto medioambiental innegable que también confirma la epigenética (disciplina que trata de comprender la influencia del medio sobre lo innato). Para esta ciencia, las condiciones de vida repercuten en la manera en que funcionan nuestros genes y en la aparición de enfermedades: “la exposición a ftalatos ha demostrado tener un impacto sobre la fertilidad o sobre la prevalencia de malformaciones urogenitales, por ejemplo”, afirma la Dra. Giacobino, que va incluso más allá y añade que “determinados traumatismos pueden también inducir a modificaciones en los genes”.
Una teoría en línea con la opinión de la Dra. Desjardins-Simon. Para ella, que trabaja con parejas infértiles desde hace 20 años, “la infecundidad es en ocasiones uno de los síntomas que surgen del inconsciente (…) el psicoanálisis nos permite entonces reintroducir lo humano en la historia de las parejas, liberar la palabra y salir de unos esquemas que pueden consolidarse de manera transgeneracional (…) se trata así de explorar una historia que puede convertirse en una amenaza en el momento de ser padre o madre”.
Para la Dra. Catherine Rongières, el futuro radica también en la autoconservación ovocitaria: “el descenso en la fertilidad de la mujer es algo programado, si bien las mujeres ya no tienen hijos a los 24 años. Poder acceder a la autoconservación es darles una oportunidad extra”. A esto añade que “no es porque quieran desarrollar una carrera brillante por lo que las mujeres deciden preservar su fertilidad. Ellas eligen esta opción porque no han encontrado pareja, o bien porque la otra persona no está preparada para tener un bebé”.
Para saber más, Eugin os invita a vivir —o a revivir— esta tercera mesa redonda y a descubrir la opinión, a veces contrapuesta, de Nathalie y Hugues sobre la cuestión de la autoconservación de los ovocitos y los riesgos ambientales.