Los avances tecnológicos permiten conocer el momento de la ovulación y con ello identificar la fase más fértil del ciclo para lograr el embarazo
Existen unos días en el ciclo menstrual de la mujer en los que se alcanza la máxima fertilidad: es cuando se produce la llamada ovulación. En mujeres con ciclos regulares, este momento tiene lugar entre los días 12 y 16 antes de la regla, como consecuencia de un aumento en los niveles de estrógenos en sangre que provoca una elevación de la hormona LH: la encargada de desencadenar la ovulación. Esta fase es muy difícil de predecir, puesto que depende de varios factores e incluso puede variar de ciclo a ciclo en la misma mujer.
Hasta hace poco más de 25 años, las mujeres trataban de controlar su fertilidad a través de la ovulación con los métodos disponibles por entonces.
“Lamentablemente, se trataba de métodos poco fiables”, explica el doctor Ricard Vidal, especialista en reproducción asistida de la Clínica Eugin<.
“Sistemas como el del calendario y la temperatura basal están totalmente desaconsejados hoy en día, porque sus probabilidades de acierto son apenas del 30 por ciento”
“Afortunadamente, en la actualidad disponemos de métodos más seguros y exactos para controlar la ovulación”, asegura.
Los monitores de fertilidad, un método fiable
Para una mujer con un ciclo regular, los test disponibles en el mercado le permiten detectar los ascensos de la hormona LH en orina, conociendo así el momento en que se producirá la ovulación. Existen también otros monitores de fertilidad más complejos que detectan de forma simultánea los aumentos de la hormona LH y los de los estrógenos causantes de la elevación de LH que desencadena la ovulación.
“Se trata de sistemas que avisan con antelación”, explica el doctor Vidal, de Clínica Eugin, “que evitan el principal problema que tenían los otros métodos: avisaban demasiado tarde y por eso no eran efectivos”. Los monitores de fertilidad, por el contrario, determinan estas variaciones hormonales y permiten calcular en qué momento se pueden mantener relaciones sexuales con una mayor probabilidad de conseguir el embarazo –siempre y cuando no exista ningún problema médico que lo impida.
Hay que tener en cuenta además que mientras que la vida de un óvulo es de 12 a 24 horas, la de un espermatozoide se alarga varios días. Así, una mujer puede quedarse embarazada si ha mantenido relaciones tres o cuatro días antes de la ovulación. En este sentido, los monitores de fertilidad detectarán también estos días inmediatamente previos a la ovulación y que pueden también ser fértiles. En caso de intentar conseguir el embarazo con este método y no lograrlo tras seis ciclos, se aconseja consultar con un especialista.
De esta manera, se podrá identificar la causa que dificulta el embarazo y tratarla adecuadamente.
Ovulación programada para tratamientos de reproducción asistida
En los casos en los que se recomienda realizar una inseminación artificial –bien porque la mujer no tiene pareja o bien porque existe alguna causa médica- se administrará un tratamiento hormonal para estimular sus ovarios. Mediante controles ecográficos periódicos, se controlará la cantidad y el tamaño de los folículos -las estructuras ováricas que albergan los óvulos- y una vez estos se hayan desarrollado, se inducirá la ovulación mediante la administración de otra hormona que desencadenará la ovulación, provocando la maduración final y posterior liberación del óvulo.
De este modo, haremos coincidir la ovulación con la inseminación para aumentar las posibilidades de embarazo. En el caso de las mujeres a las que por otras causas se les recomienda seguir un tratamiento de fecundación in vitro con sus propios óvulos, se realizará también una estimulación ovárica -aunque de mayor intensidad- para obtener un número de óvulos mayor. Como en el caso anterior, una vez los óvulos se hayan desarrollado correctamente, se administrará una hormona a la mujer con el fin de desencadenar la ovulación. Pasadas 36 horas, se programará la punción folicularpara extraer los óvulos antes de que éstos hayan sido liberados. Éstos serán fecundados en el laboratorio con los espermatozoides, bien sean de su pareja o de donante.
Al cabo de dos o tres días, se seleccionarán 1 ó 2 preembriones según su forma y se transferirán al útero de la paciente mediante un catéter de transferencia. Dos semanas después y mediante un test de gestación, podremos saber si se ha producido el deseado embarazo.