El endometrio engrosado o hiperplásico es un problema que ocurre cuando el revestimiento interno del útero se vuelve muy grueso. Ese revestimiento es lo que cambia cuando tenemos la menstruación y también es la capa en la que se asienta el feto durante el embarazo.
Generalmente, el endometrio grueso tiene lugar por un desequilibrio hormonal entre estrógenos y progesterona, que son las hormonas que regulan el ciclo menstrual. Ese desequilibrio hace que las células de ese revestimiento proliferen de manera excesiva. El signo más común de este crecimiento anormal es el sangrado vaginal y suele aparecer en mujeres mayores de 45 años. Según los cambios que podamos observar en el endometrio engrosado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica hiperplasia endometrial en cuatro clases distintas: simple, compleja, atípica simple y atípica compleja.
En las dos primeras, las células del endometrio son de apariencia normal. Cuando decimos que una célula es atípica es porque es más probable que se vuelva cancerosa. Así que las dos segundas tienen una mayor probabilidad de desarrollar un cáncer de útero. La última tiene una probabilidad de un 29% de los casos. Por eso, se hace imprescindible no solo realizar revisiones anuales ginecológicas sino consultar cualquier alteración en los sangrados o sangrados que ocurren cuando ya ha aparecido la menopausia.
Síntomas de un endometrio grueso
Como hemos dicho antes, el síntoma de endometrio grueso más habitual es un sangrado menstrual anormal o que aparezca entre las reglas. O un sangrado más abundante de lo habitual. O que aparezca este sangrado después de llegar a la menopausia. De hecho, los sangrados muy abundantes pueden dar lugar a anemias ferropénicas.
También es posible que pueda aparecer como síntoma el dolor pélvico o dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales). Muchos de estos síntomas son frecuentes en la transición a la menopausia, que con frecuencia lleva a periodos de sangrados irregulares. Y también es posible que una mujer con un endometrio grueso no presente ninguna sintomatología.
Normalmente una hiperplasia endometrial se diagnostica mediante ecografía. Esta puede determinar si es necesario hacer una histeroscopia (para ver el útero por dentro) y una biopsia, para tomar muestras del tejido interior del útero en aquellas zonas en las que pueda haber alteraciones.
Factores de riesgo de endometrio grueso
¿Hay algún factor que pueda favorecer el que una mujer presente este problema? Raramente ocurre en personas menores de 35 años, con lo que la perimenopausia es un factor de aumento de probabilidad. Pero existen otros factores de riesgo como son:
- Síndrome del ovario poliquístico
- Endometriosis
- Diabetes u obesidad
- No haber gestado nunca
- Antecedentes de cáncer de mama, ovario o colon (con tratamientos con tamoxifeno o radiación pélvica).
Endometrio engrosado en la menopausia
Durante la menopausia el endometrio tiene que ser lineal y fino, ya que los ovarios dejan de funcionar y de fabricar tanto estrógenos como progesterona. Un endometrio engrosado en una mujer menopáusica siempre es anormal y se debe estudiar.
Tratamiento para el endometrio engrosado
El tratamiento para el endometrio grueso depende del tipo de hiperplasia de endometrio. Y va desde una terapia hormonal (que puede ser en pastillas, con un DIU con carga hormonal o con un inyectable) hasta la cirugía radical en la que se extirpa el útero si el riesgo de cáncer de útero es muy alto.
Como veremos a continuación en más detalle, si se trata de una hiperplasia benigna, necesitamos corregir primero la situación hormonal, por ejemplo, con dietas de adelgazamiento (si la causa es una obesidad) o con pastillas anticonceptivas en el caso de las mujeres con ovario poliquístico. Consecuentemente, se procedería al tratamiento propiamente con hormonas. Sin embargo, si se trata de una hiperplasia endometrial en la que existan alteraciones celulares, se supone que es una lesión precancerosa y, en ese caso, nos plantearíamos la cirugía como primera opción terapéutica.
Terapia hormonal para hiperplasia de endometrio
Algunos tipos de endometrios gruesos son sensibles a las hormonas, porque son el resultado de un desequilibrio entre el estrógeno y la progesterona, que hace que el revestimiento del útero pueda sobreestimularse y las células glandulares puedan crecer demasiado y multiplicarse. Esta terapia está recomendada si resulta que, a pesar del engrosamiento, no hay atipia del endometrio y las células tienen una estructura normal, por lo que el riesgo de cáncer es bajo.
En este caso, el tratamiento hormonal con progestágenos es suficiente, y en ocasiones los cambios pueden incluso desaparecer espontáneamente, ya que el tratamiento hormonal pretende reducir el nivel de progesterona y estrógeno en el cuerpo de la mujer, permite detener el sangrado menstrual y, en consecuencia, aliviar los síntomas de este desequilibrio.
Cirugía radical para hiperplasia de endometrio
El engrosamiento del endometrio en sí mismo aún no es considerado una enfermedad, pero puede provocar cáncer de endometrio si hablamos de hiperplasia atípica, una condición mucho más grave. Por lo general, el diagnóstico de este tipo de hiperplasia es una indicación para la extirpación profiláctica del útero. A veces, sin embargo, la enfermedad afecta a las mujeres que tienen la intención de dar a luz a un niño. Luego se utiliza un tratamiento hormonal, pero la mujer debe estar bajo supervisión médica constante.
Por otra parte, si el riesgo de cáncer de endometrio existe, es necesario realizar una biopsia y examinar el fragmento de mucosa tomado en condiciones de laboratorio para posteriormente recurrir a la cirugía radical. El procedimiento habitual en caso de hiperplasia con atipias incluye realizar una biopsia endometrial y confirmar la presencia de atipias. Dado el caso, la cirugía indicada es la histerectomía total; es decir, la resección del útero entero.
Cómo afecta el endometrio engrosado al embarazo
Los estrógenos y la progesterona son las encargadas de preparar al endometrio para recibir al óvulo fecundado. Así que, lógicamente, cuando existe un desequilibrio de estas hormonas y un crecimiento anormal del endometrio, esto puede comprometer las posibilidades de embarazo. El endometrio donde se tiene que asentar el embrión se transforma en este caso en un terreno desfavorable para que tenga lugar el embarazo. Por eso, es conveniente que, si existe este tipo de problemas, se consulte a un especialista.