Reproducimos el mensaje de agradecimiento de una paciente francesa recibido recientemente en la Clínica Eugin
En junio de 2013 llegó el veredicto: insuficiencia ovárica con una tasa de FSH del 22,5. Como un grito de dolor, resonó la palabra “infertilidad”… Una sensación terrible de injusticia me invadió por completo. Mi primer pensamiento fue para mi marido, a quien, sin ninguna duda, había impuesto una situación que le sobrepasaba.
Julio de 2013, la decisión estaba tomada. Sería donación de óvulos y sería en la Clínica Eugin… Simplemente porque una de nuestras amigas llamó a la puerta de esta clínica hace dos años ¡Y hoy tiene en sus brazos un magnífico y pequeño niño! ¡Qué esperanza y qué apoyo!
Agosto de 2013, contactamos con la clínica para solicitar la primera visita en septiembre. No hubo ningún retraso y nosotros mismos pudimos elegir la fecha de la primera visita. Septiembre de 2013, destinación Barcelona y encuentro con el médico y las coordinadoras, que nos lo explicaron todo con claridad, paciencia y humanidad… Lenguaje claro y directo: los médicos fueron transparentes sobre las probabilidades de éxito.
Como si combatiéramos en terreno conocido… ¡Y eso nos hizo sentir tan bien! Nada de lenguaje médico y una comunicación clara y precisa en nuestro idioma. Me quito el sombrero.
Octubre de 2013, inicio del tratamiento y apoyo infalible del equipo de Eugin
Comienzos de noviembre de 2013, llamada telefónica. Maleta. Destino a Barcelona. Transferencia de dos embriones… Seguida de 15 días de difícil espera antes del análisis de sangre, pero una vez más, la Clínica nos acompaña… Con una disponibilidad sin fallos de las coordinadoras.
Dos semanas después del transfer, análisis de sangre a las 7 de la mañana y una jornada de tortura: la espera desafía mi impaciencia… 18.30h, el laboratorio me da personalmente los resultados en un sobre. Mi marido y yo misma estamos al borde de un ataque de nervios y la angustia nos invade… Es el momento. Abro el sobre y al mismo tiempo, se abre el horizonte de una nueva vida: estoy embarazada y me permito llorar de alegría; una alegría inmensa que quiero compartir con vosotros… Como lo hizo mi amiga hace dos años cuando me anunció que el milagro de la vida se había producido gracias al buen hacer de la Clínica Eugin… Debo decirlo: ¡Gracias! Para leer la versión original de la carta, haz click aquí.