Cuando una mujer ya es madre y decide que ha llegado el momento de buscar un segundo hijo, en un primer momento, no se le pasa por la cabeza la palabra esterilidad. Sin embargo, si el embarazo no llega tras meses de búsqueda, puede que empiece a sospechar que algo pasa. Cuando la concepción del segundo bebé no se materializa, a esto se le denomina infertilidad secundaria.
¿Qué es la esterilidad secundaria?
Las mujeres que ya tienen un hijo y no tuvieron problemas para concebirlo entienden que, igual que el primer embarazo llegó de manera fácil y natural, ocurrirá lo mismo con el segundo. No obstante, esto no siempre es así. En ocasiones, se experimentan problemas para conseguir un nuevo embarazo, lo que se conoce como esterilidad secundaria.
¿Por qué ocurre la esterilidad secundaria?
De la misma manera que hay causas que influyen en la concepción del primer bebé, hay otras que deben estudiarse en caso de esterilidad secundaria:
¿Qué tratamientos existen para esta esterilidad?
Lo primero que se debe hacer cuando se es consciente de que puede haber algún problema para concebir el segundo embarazo es acudir a un especialista que nos ayude a identificar qué está ocurriendo y trazar una guía de actuación. Se realizarán diferentes pruebas para determinar la salud general tanto de la madre como del padre, y también se analizará la fertilidad de cada uno de ellos.
En estos casos de esterilidad secundaria, la reproducción asistida es una alternativa para conseguir ese segundo embarazo tan deseado. Los tratamientos serán los mismos que para aquellos que experimenten esterilidad primaria. Una vez consultado con el especialista y hechas las pruebas pertinentes, se puede recurrir a estas técnicas:
- Inseminación artificial conyugal: En la inseminación artificial con semen de la pareja, se seleccionan los espermatozoides y se prepara el cuerpo de la mujer para introducirlos en el momento más adecuado en el útero.
- Inseminación Artificial de Donante: En este otro caso, se colocan en el útero una muestra seleccionada de semen de un donante, de tal manera que esta presenta unas condiciones óptimas de calidad y cantidad, ya que procede de un hombre sano.
- Fecundación in vitro con óvulos propios y semen de la pareja: En este primer caso, se extraen los óvulos de la mujer y se fecundan en el laboratorio con los espermatozoides de la pareja. Una vez desarrollados los embriones, se transfieren al útero de la mujer.
- Fecundación in vitro con óvulos propios y semen de donante: Con esta otra opción, se extraen los óvulos de la mujer y se fecundan en el laboratorio con el semen de un donante anónimo. La muestra tiene unas condiciones óptimas de calidad y cantidad de espermatozoides, pues provienen de un donante sano. Una vez fecundado, el óvulo se convierte en preembrión y se transfiere al útero.
- Ovodonación, fecundación in vitro con óvulos de donante y semen de la pareja: De esta forma, se fecundan los óvulos de una donante con los espermatozoides de la pareja y se sigue el mismo proceso que en caso anterior.
- Doble donación, fecundación con óvulos de donante y semen de donante: En estas ocasiones, se fecundan los óvulos de una donante con el semen de un donante, ambos anónimos, y el embrión resultante se transfiere a la mujer.
Cuando se sospecha de esterilidad secundaria, es decir, tras meses de intento de un segundo embarazo que no llega, será necesario acudir al especialista para que realice una serie de pruebas de salud en general y de fertilidad para realizar un diagnóstico.
En caso de esterilidad secundaria, la reproducción asistida puede ayudar a los futuros padres con un amplio abanico de técnicas como la inseminación artificial y la fecundación in vitro (con semen de la pareja o semen de donante); la ovodonación (óvulos donados y semen de la pareja); y la doble donación (óvulos y semen donados).