La Reproducción Asistida es uno de los fenómenos de la sociedad actual. Sin embargo, ¿por qué cuesta tanto hablar de ello?
¿Por qué es tan difícil hablar de reproducción asistida? Cada vez que alguien evoca problemas de esterilidad o de infertilidad, ¿no se nota acaso un cierto sentimiento de malestar? ¿Un silencio incómodo? ¿Por qué es un tema tabú, si una de cada seis parejas no consigue concebir un hijo, esto es, casi 80 millones de parejas en todo el mundo? Todos nosotros conocemos dentro de nuestro entorno familiar o nuestro círculo de amistades a alguien afectado por la infertilidad. Es algo con lo que vivimos. Está a nuestro alrededor, por todas partes. Puede ser que sea nuestra hermana, nuestra amiga, nuestra vecina o nuestra compañera de trabajo. O bien es el amigo de nuestro hijo el que fue concebido mediante un tratamiento, o uno o varios de sus compañeros de clase… Sabemos que cada vez hay más dificultades para reproducirse, es un fenómeno social. Entonces, ¿por qué es tan difícil hablar de ello? ¿Por miedo? ¿Por vergüenza? ¿Por pudor?
El hecho de recurrir a un tratamiento de reproducción asistida pertenece a la vida privada de la pareja, a su esfera más íntima, a su sexualidad, a su reproducción. Hablar de ello es como desnudarse, dejar expuesto lo más profundo de uno mismo. Es como expresar un fracaso con lo más simple y natural que hay para dos seres que se quieren: tener un hijo. Una confidencia intimista que incomoda a la pareja y a quien la escucha. Además, a esto se suma el cómo lo ven los demás. Así, la pareja prefiere callarse, lo cual intensifica su aislamiento y contribuye a que el tema siga siendo tabú. Se temen las críticas, los malos augurios, las observaciones inoportunas, los comentarios dudosos o incluso la burla.
No obstante, en estos últimos años, gracias a los foros, los blogs, los grupos de discusión y las asociaciones de apoyo a parejas infértiles, se rompe el silencio cada vez más y las parejas asumen con mayor frecuencia su recurso a un tratamiento de reproducción asistida para tener un bebé. Se ha producido un progreso considerable, aunque el tabú y el malestar sigan estando ahí. Cabe decir que la Reproducción Asistida es una historia complicada para el conjunto de la sociedad, no solo para la pareja infértil. La reproducción humana asistida da miedo y, sin embargo, debería precisamente tranquilizarnos. Es nuestro futuro, nuestra llave a la felicidad. Las parejas que tienen miedo de no ser padres saben apreciar la oportunidad que ofrece la reproducción asistida y están deseosos de gritarlo a los cuatro vientos…