No hay ningún motivo para esconderle cosas o callarse para protegerle: tu pareja es tu mejor aliado y tu primer apoyo
La relación de pareja sufre durante los tratamientos. Las dificultades para concebir un hijo pueden conllevar tensiones e incluso conflictos para la pareja, que se enfrenta a diario a la angustia, la espera, el estrés. No queda espacio para la espontaneidad y la alegría. Algunas veces, la pareja se acaba separando o divorciando. ¿Cómo evitarlo? Para empezar, comunícate mucho con tu pareja. Este dolor impronunciable, ¡exprésalo! Explícale cómo te sientes, qué deseas, qué necesitas para continuar o durante la difícil fase de la espera del resultado. Formáis un equipo y compartís el mismo objetivo, ¡no lo olvides! No hay ningún motivo para esconderle cosas o callarse para protegerle. ¡Tu pareja es tu mejor aliado y tu primer apoyo! Y a la vez, no habléis únicamente de la FIV o del tratamiento que estáis llevando a cabo; intentad no focalizarlo todo en la reproducción asistida. De la misma forma, seguid con vuestra vida normal. Seguid saliendo, a cenar, a bailar, reír, iros de fin de semana, haced deporte, pasead, compartid emociones y aventuras en pareja. Todo ello os acercará y reforzará los lazos que tejisteis antes de empezar todo este recorrido. ¡Tomaros tiempo para vosotros como pareja y cuidaros! El tercer consejo es seguir siendo amantes… A pesar de los tratamientos y la invasión de todo lo médico. Durante los tratamientos, la libido tiene tendencia a volatilizarse. Más de una pareja se sentirá desanimada para tener relaciones íntimas por el hecho de no conseguir realizar su sueño de crear una familia. A menudo las mujeres se sienten heridas y sienten que su cuerpo ya no les pertenece. Aun así, es importante hablarlo con la pareja y explicarla la disminución o desaparición del deseo, ya que es posible que él se sienta mal, rechazado. Haced un plan de pareja, una cena bajo la luz de las velas, ver una peli acurrucados el uno con el otro. Poco a poco, la espontaneidad y el romanticismo brotarán de nuevo… Porque vuestro amor sigue estando allí, ¡todavía intacto! No dudéis en ir a ver un psicólogo. Es importante que como pareja estéis acompañados, sobre todo si los tratamientos se multiplican y la relación de pareja flaquea. Una pausa en los tratamientos se puede valorar para poder centrarse de nuevo en la vida amorosa. Cuidar la relación de pareja es primordial. En primer lugar, porque el hecho de pasar juntos por este trance hará que ésta sea más suave y menos amarga, también para el niño que nacerá. Se merece encontrar una pareja unida y cariñosa, y un hogar feliz y harmonioso en el que poder crecer…