Tener un hijo tras haberse sometido a una ligadura de trompas o a una vasectomía es posible gracias a la reproducción asistida
A veces tomamos decisiones pensando que serán definitivas y que nunca querremos dar marcha atrás. Sin embargo, tiempo después, nos damos cuenta de que lo que entonces considerábamos impensable –en este caso, volver a tener un hijo– hoy es un firme deseo. Esta situación es más frecuente de lo que podríamos imaginar, y es que las circunstancias personales y familiares cambian con el paso del tiempo. Gracias a la reproducción asistida, haberse sometido a una vasectomía o a una ligadura de trompas no supone un impedimento para volver a ser padres.
La edad de la mujer, un factor clave
Las mujeres que en el pasado se sometieron a una ligadura de trompas suelen elegir la fecundación in vitro como tratamiento cuando deciden ser madres de nuevo. La edad de la mujer es un factor clave para el éxito de esta técnica de reproducción asistida.
Por ello, una vez tomada la decisión es muy importante no aplazarla. Además de la fecundación in vitro, la mujer cuenta con la opción de la repermeabilización de las trompas. Mediante esta técnica quirúrgica se puede volver a facilitar el paso de los espermatozoides hacia el óvulo para lograr un embarazo de forma natural. No obstante, se trata de una cirugía compleja y no siempre con todas las garantías. Por esta razón está indicada fundamentalmente para mujeres jóvenes, ya que hay tiempo suficiente para plantear más adelante técnicas de reproducción asistida con buenas probabilidades de embarazo.
Dos alternativas para el hombre
En el caso del hombre, si se ha sometido a una vasectomía, tiene dos alternativas terapéuticas para poder ser padre. Cuando la mujer es mayor de 35 años, la opción de tratamiento más recomendable es una fecundación in vitro con ICSI y espermatozoides obtenidos directamente de los testículos.
Si el hombre desea tener más de un hijo, la microcirugía que repara el conducto por el que fluye el semen puede ser una buena alternativa. Sobre todo si la mujer es lo suficientemente joven como para prever que su fertilidad todavía pueda conservarse durante unos años. En cualquier caso, lo más recomendable es consultar cada caso en particular con un especialista en reproducción asistida. Este profesional nos orientará sobre si lo más conveniente es una intervención quirúrgica, una técnica de reproducción asistida o ambas opciones.